viernes, 25 de septiembre de 2015

Alérgias e intolerancias. "Cada vez más y de mayor gravedad"

Los expertos alertan del incremento y mayor gravedad de los casos y de la necesidad de más información y coordinación.

Alergias e intolerancias

A nadie le es extraño, hoy en día, escuchar en su círculo más cercano que alguien no puede comer algún alimento porque recientemente le han diagnosticado alergia o intolerancia. Está la orden del día, pero, ¿cuánto sabemos realmente de estas enfermedades?, ¿han aumentado en los últimos años?, ¿estamos seguros cuando compramos productos en las tiendas?, ¿y cuando vamos a comer a un restaurante o bar?

Éstas han sido algunas de las cuestiones que se han debatido en el Foro de Alimentación de ABC celebrado en el Hotel Enara de Valladolid, y al que asistieron el consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado; la directora de Relaciones con las Asociaciones de Consumidores de Mercadona, Clara Medina Hernández; la presidenta de la Asociación Madrileña de Alergias Alimentaria (Histasan), Violeta Jáuregui; la gerente de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), Luján Soler; la especialista en alergología, la doctora Alicia Alonso, y el director general de Seguridad Alimentaria de Ibersnack, Antonio Duch.

La información es poder, y en este caso puede significar mejorar la calidad de vida de muchas personas. Y, como la mayoría de estos expertos en el tema concluyen que las personas afectadas por una alergia o intolerancia alimentaria sufren un cierto menoscabo de su calidad de vida. «Especialmente en lo concerniente a la esfera social, donde se hace difícil asistir a eventos donde exista la presencia de comida», explica la representante de Face. «De ahí la importancia de detectar de forma precoz el problema, lo que hace que el paciente esté menos sobreexpuesto al alérgeno y se pueda poner solución lo antes posible», añade Jáuregui. Y es que la realidad de las alergias no parece nada esperanzadora, según la doctora Alicia Alonso, ya que «en los últimos diez años la prevalencia se ha duplicado y las reacciones alérgicas son cada vez más graves, especialmente en los más pequeños».

En este sentido, reconoce que los avances a la hora de poder hacer diagnósticos «han sido importantes», a lo que añade que es importante destacar que, actualmente, se están realizando desensibilizaciones alérgicas «que permiten que la persona al menos no vaya a sufrir un sock anafiláctico si entra en contacto con el alérgeno». Una opción que, en palabras de la doctora Alonso, se está realizando en muchos de los hospitales del país.

Comer más seguros
No obstante, desde la parte industrial se hace hincapié en que «ahora comemos mucho más seguros que hace diez años y menos que dentro de cinco», comenta Duch de Ibersnacks, «ya que los autocontroles que se realizan en todos los procesos de producción, desde el transporte de la materia prima hasta el último de los manipulados cumplen con todas las exigencias normativas y esto hace que la seguridad sea cada vez mayor».

Para mejorar en este aspecto los agentes consideran fundamental las labores de coordinación que se vienen realizando entre ellos. «Para nosotros es fundamental el diálogo y la transparencia entre asociaciones, productores y administración», explica Clara Medina de Mercadona, «porque es la mejor manera de satisfacer al consumidor intolerante o alérgico, escuchando a todos los interesados».

Formar e informar
Por su parte, las asociaciones de pacientes trabajan intensamente en labores de formación e información tanto en el ámbito público, como hospitales y centros educativos, como con la restauración o la industria alimentaria. «Como fabricantes de marca Hacendado tenemos un nivel de exigencia muy importante en el control de alérgenos, y para mejorar nuestros protocolos de autocontroles también contamos con información por parte de las asociaciones, a quienes a su vez informamos todos nuestros procesos de elaboración». Desde Mercadona, destacan la importancia de escuchar al consumidor así como «invertir en innovación ( I+D+i) como la fórmula que permitirá avanzar en tecnología y optimización de procesos que a su vez repercutirá en una reducción de los costes de producción y, por lo tanto, en una mejora de los precios de estos productos», asegura Medina.

Desde el pasado mes de marzo, se puso en funcionamiento un nuevo marco legislativo, a través del Reglamento Europeo 1169/2012, por el que se regula el etiquetado de los productos y donde deben aparecer los 14 principales alérgenos que afectan de forma importante a la población. En este sentido, los asistentes al Foro quisieron destacar la importancia de esta mejora en el ámbito normativo, «pero para los afectados resulta tan importante conocer estos alérgenos como aquellas trazas que puedan contener los productos elaborados, así como posibles contaminaciones cruzadas en los procesos de elaboración», recuerda Jáuregui, para quien este punto aún es una batalla que librar y donde radica muchas de las inseguridades de los alérgicos a la hora de comer. De la misma forma, Luján recuerda que una de las batallas en las que sus asociaciones están trabajando es en la de formar a los profesionales de la hostelería para poder ofrecer garantías en los menús para celíacos, «aunque con la enorme rotación que existe en este colectivo de trabajadores se hace muy complicado poder obtener grandes avances».

La misma preocupación muestran los familiares y afectados por alergias alimentarias en torno a los comedores escolares. «Por desgracia hace días hemos perdido a un niños de cuatro años en un centro de Madrid, y ya es hora de que se dé formación tanto a los monitores de los comedores como a los propios profesores, y que se doten los botiquines de autoinyectores de adrenalina, porque esto supone la diferencia entre la vida y la muerte de un alérgico». Esta afectada y madre de alérgicos quiere destacar que esta medicación no es una inyección, «por lo que no se precisa de grandes conocimientos para su administración».

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